04 abril 2006

Llegada a mi nuevo hogar


He llegado a la conclusión de que voy a resumir un poco los días que me quedan, porqué si no, esto en lugar de ser algo rápido de leer se convertirá en un libro más gordo que la Biblia, o el de petete, así que continuemos:

Después de ese encuentro con parte de la comunidad catalana erasmil en Lausanne, me dispuse a conocer al señor Nicolas, el conserge de la residencia donde estoy instalado, el que me tenía que dar la llave para poder acceder. Después del trámite de intentar comunicarme de nuevo con él en francés, gracias a Diós, llegó un ángel del cielo q sabía francés e Inglés y me iba traduciendo lo que M. Nicolas iba diciendo sobre las cosas prácticas del día a día.

Cuando acabamos la visita de rigor, justo llegó una de las compañeras de piso (holandesa), que acababa de llegar del aeropuerto. Aunque no pude cruzar muchas palabras debido a que ella tenía que hacer el tour por las partes comunitarias, y yo tenía que ira arecoger las maletas al hotel y explicarles que dormiría una noche menos de las que había dicho. Después de no haber puesto ninguna pega por dejar la habitación del hotel tan tarde, siendo media tarde. Cargado con todos mis bartulos de nuevo volví a instalarme en mi habitación, pero antes de acabar me fui a hacer la compra antes de que me cerraran para tener provisiones para el fin de semana que estaba al caer. Os digo que comparto piso con 4 personas, una alemana, una turca (pero que casi ha vivido toda la vida en Ginebra), una holandesa, y un croata (al que casi no se le ve el pelo). La verdad que son muy majos, como no estaban en el momento de nuestra llegada, nos dejaron una nota enganchada en la puerta dándonos la bienvenida.

De hecho el fin de semana se resume en comprar cosas necesarias como una almohada, y hacer turismo por Lausanne en compañía de Anna Catharina (la holandesa), visitamos el centro en busca de las tiendas, y por la tarde nos acercamos al lago, a visitar las ruinas romanas de la ciudad (donde había unos escoltas haciendo guerras de fulares), pero al poco de llegar empezó a llover con lo que nos tuvimos que volver al abrigo de la residencia y pasar el resto de la tarde. Al día siguiente de nuevo con Anna nos dirigimos al centro con el propósito de visitar la catedral, en la que se estaba celebrando una confirmación ( o algo por el estilo, tanto mi francés como el de Anna son limitados). Después nos dirigimos a las orillas del lago para visitar el museo olímpico, en el cuál se aprecia una cierta predilección por los de Barcelona. A todo esto aparecieron unas bonitas nubes que presagiaban lluvias, y en efecto a 2 minutos de entrar por l apuerta de la residencia, empezó a llover, con lo que al no tener paraguas el resto de la tarde la pasé en el piso.

Weno, al menos ya hemos llegado al lunes en que se acaba el "placer" empieza el "trabajo"...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola David!! ya veo como ye va por allí, jejeje Me gusta que escribas tanto, era impensable antes, jejej Sólo tengo que decirte 3 cosas:
1-no digas eso de la cocina, que tú sabes cocinar (lo he comprobado)
2-me estas poniendo a tiro que te haga bromas con la holandesa eh!!
3-que chulas las fotos. Sigue poniendo que así me hago más la idea del todo.
Un beso muy fuerte, te echamos de menos!!
Miryam

Anónimo dijo...

Pido perdón por las faltas del escrito anterior. Es que...vaya vergüenza eh!!! DEW!!!
Miryam